Escobar, laboratorio nacional de la incoherencia política

En política ya se ha inventado de todo en los últimos años. Pero quizás lo más sorprendente —y digno de patentarse como un invento nacional— sean las candidaturas testimoniales: ese prodigio argentino donde algunos se postulan no para representar, sino para estar. O, mejor dicho, para seguir estando. Una creación de los vivos, por los vivos y para los vivos, sin demasiado apego al sentido ético ni al espíritu republicano.

Escobar, siempre innovador, parece haber desarrollado su propio experimento político. En las elecciones de septiembre y las próximas de octubre, el oficialismo local logró algo digno de estudio. En septiembre, como era de esperar, se presentó dentro de Unión por la Patria, espacio al que pertenece el intendente Sujarchuk, quien incluso integró la lista interna del kirchnerismo nacional. Hasta ahí, todo claro.

Lo curioso —o mejor dicho, lo inverosímil— es que este mismo oficialismo, encabezado por Sujarchuk, se presentará en octubre dentro de una lista opositora a Unión por la Patria. A ver si se entiende: en septiembre, acompañaron a Unión por la Patria; un mes después, competirán contra Unión por la Patria.

El hecho es sencillamente asombroso.

Pero la historia no termina ahí. La presidente del Concejo Deliberante, María Laura Guazzaroni, fue candidata a concejal en septiembre por Unión por la Patria, y en octubre será candidata a diputada nacional en la lista encabezada por el intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, uno de los principales opositores al espacio de Cristina Kirchner, Axel Kicillof y Sergio Massa, es decir, al espacio de Unión por la Patria.
El propio Gray, agradecido, destacó el apoyo de Sujarchuk, “desde una de las ciudades más importantes del país”.

Y claro, no es casualidad que sobre la Panamericana, en jurisdicción de Escobar, hayan aparecido carteles promocionando a Gray. Cartelería costosa, profesional, muy visible. Tan visible como la pregunta que surge inevitablemente: ¿quién paga todo eso? ¿Los contribuyentes de Escobar? ¿O los de Esteban Echeverría?

No pretendemos que nuestros lectores comprendan del todo esta trama, tan enredada como un guion de ciencia ficción. Lo cierto es que, más allá de su desprolijidad, esta historia dice mucho sobre las convicciones de algunos dirigentes.