Cuando un espejo se convierte en compañía

El loro que aparece en la fotografía, llegó al Centro de Recuperación de Especies de la Fundación Temaiken (Belén de Escobar) tras una incautación, acompañado de una cotorra que era su compañera. Lamentablemente, meses después, la cotorra falleció. Los loros habladores, por naturaleza, viven en pareja o en grupos, por lo que su bienestar depende de esta interacción social.

Para aliviar su soledad, el equipo de cuidadores colocó un espejo en su espacio, ofreciéndole una sensación de compañía mientras recibe los cuidados necesarios.

Los loros son animales sociales cuyo bienestar está ligado a su grupo y a su hábitat natural. El tráfico de fauna representa una de las mayores amenazas para su supervivencia.