Como en las viejas épocas

El otro día se preguntaron en este periódico quién había adornado el árbol en la «Rotonda del Pino» (NdR: ubicada en la intersección de las calles El Ceibo y Harris del barrio El Cazador), con motivo de las fiestas de fin de año. Vivo de allí a pocas cuadras y fui testigo de quién fue y cómo se adorno. Dos mañanas consecutivas observé en el lugar a tres o cuatro personas jóvenes, de las cuales solo trabajaba uno mientras los otros descansaban plácidamente. Eran todos municipales. Parece ser que nuestro intendente viene contratando mucha gente y como no hay tareas para todos y todas, las cuadrillas se asemejan a las de la vieja Segba y Entel, donde dos trabajaban y 20 descansaban. Total somos los contribuyentes quienes pagamos los sueldos y mantenemos al estado elefantiásico construido por el Sr. Sujarchuk. Mientras él ofrece trabajo y sueldos, nosotros somos los idiotas que pagamos la fiesta.

Ah, dos detalles: en lugar de ornamentar el árbol de una placita ubicada en un lugar de escaso tránsito, ¿por qué no lo hicieron con uno de la Plaza Molina Campos, en la entrada al barrio, donde todos lo hubiesen visto? ¿Será porque a una cuadra de esa rotonda vive un conocido funcionario y político?

Sandra (El Cazador)