Preocupa situación de animales callejeros

Con el título «Escobar: la desesperante situación que viven los animales callejeros” el Diario Popular publicó en su edición de anteayer una nota que, entre otros aspectos, destaca la disminución de castraciones realizadas en la  Dirección de Zoonosis desde el inicio de la cuarentena.

En diálogo con Popular, Patricia Falabrino, referente de «Mascota Social», ONG solidaria con base en Escobar (PBA) y una de las más importantes de la zona norte del Conurbano, explicó que la situación que están atravesando «es muy complicada», y que la llegada de la pandemia agravó las hostilidades del contexto. Patricia, quien reparte sus energías entre su familia y la ayuda para los animales, lamenta la situación que atraviesan los «callejeros», quienes no reciben ayuda oficial y dependen de los proteccionistas para tener una segunda oportunidad. Más adelante puso el eje de la problemática en dos palabras claves: abandono y multiplicación. “No es que no se hace nada. Se hace. Pero en forma insuficiente y sin una estrategia definida. Zoonosis dejó de darnos turnos a los proteccionistas desde marzo», denunció.

Es importante aclarar que muchas de las personas que se dedican a rescatar animales callejeros, también se acercan a barrios humildes y trasladan a mascotas en situación de vulnerabilidad para que reciban atención veterinaria, vacunación y castración. Además la proteccionista agregó que antes de la cuarentena funcionaba un móvil de castración, pero de forma limitada. «Es como que la situación no llega a preocupar a las máximas autoridades”, lamentó. Falabrino agregó que “las organizaciones, proteccionistas y también las personas que actúan en forma individual hacen un gran esfuerzo por compensar estas falencias. Sobre todo en la promoción de algo básico y muy efectivo: las castraciones masivas que el Estado debe organizar y proveer en forma gratuita”.

Es importante resaltar que tanto Mascotas Social como las demás organizaciones realizan intensas campañas de promoción en las redes sociales para generar conciencia acerca de adopciones responsables. “Es la otra gran pata de la mesa de las soluciones. Es un gran esfuerzo, pero es muy grande también la alegría de ver cómo un callejerito encuentra su hogar donde brindar amor, felicidad y a su vez recibe toda la atención que por ley le corresponde. Cambiar el destino de un callejerito es una caricia para el alma”, añadió. “Esta situación se repite en municipios vecinos, pero, sin embargo, en el ámbito de la Provincia hay ejemplos exitosos a imitar. Por ejemplo lo que hace el municipio de Almirante Brown. O sin ir más lejos el Municipio de Vicente López”, completó.

Desde el refugio Las Renatas, explicaron a Popular que la situación económica que atraviesa la Argentina no es la mejor y hacen mella en las finanzas de las organizaciones, que deben afrontar el día a día a pulmón. «Durante el último tiempo, hemos tenido serias dificultades económicas. Por un lado, estamos sobre endeudados con préstamos a pagar y deudas que tenemos con proveedores de hace tiempo. Además existen muchas dificultades de parte de nuestros donantes, ya que la crisis hace que si bien tengan buena voluntad de colaborar, no lo puedan hacer por no contar con el dinero. Cada vez son más las donaciones con tarjetas de crédito que vienen rechazadas por falta de fondos», explicaron. La falta de recursos además les dificulta afrontar los tratamientos e internaciones que deben realizarse si o si los animales rescatados, y en muchos casos deben apelar a la buena voluntad de los veterinarios para afrontar los gastos.

María Giselle Ferrero, quien forma parte de Las Renatas, refugio que alberga perros discapacitados a los que les brinda un hogar y un mejor estilo de vida, reveló que debieron mudarse de Escobar a La Matanza por las presiones que recibió por parte del municipio. “Tuvimos que mudar el refugio de emergencia debido al constante hostigamiento que recibimos de parte del municipio de Escobar para que abandonáramos un predio que era nuestro. Se hicieron más de 30 viajes para poder transportar a nuestros 70 animales discapacitados desde Escobar hasta Virrey del Pino con la ayuda muchos voluntarios que se ofrecieron de corazón para hacer esta tarea. Fueron viajes de más de dos horas pero, por suerte, pudimos hacer toda la mudanza con éxito», contó a Popular. Luego de muchas idas y vueltas, la decisión de irse de Escobar la tomaron de un día para otro: «Recibimos un montón de intimaciones de parte del municipio de Escobar porque no querían que estemos allí. Tuvimos reuniones con el intendente Ariel Sujarchuck, quien dijo que no podíamos quedarnos en el lugar que estábamos con nuestros animales y en su lugar nos ofreció la cesión de un terreno para poder albergar a nuestro refugio. Cuando quisimos avanzar con la cesión, nunca recibimos las respuestas concretas de cómo iba a ser el trámite, por lo que entendimos que era sólo una pantalla y que lo prometido no iba a suceder. Luego siguieron llegando contravenciones y diferentes organismos del Estado para amedrentarnos hasta que de un día para otro decidimos irnos porque temíamos por la integridad de nuestros cachorritos».

Pero cabe destacar que el amor y la difusión en las redes sociales logró que el refugio pueda seguir funcionando: «Después de contar lo que estábamos viviendo en las redes, pudimos conseguir ayuda de nuestros seguidores para tener un nuevo lugar donde poder hospedarnos. Después de mucho eventos, rifas, donaciones y un préstamo pudimos comprar nuevamente el terreno donde estamos para poder afianzarnos allí y seguir con nuestra historia».

La inseguridad, presente

En plena mudanza, la inseguridad también golpeó a Las Renatas: «Sufrimos dos robos casi al mismo tiempo en Escobar y en Virrey del Pino. Nos robaron electrodomésticos, dinero, insumos y hasta una cuna por casi 140 mil pesos de valor. Si bien los perritos están bien y a salvo, el daño económico que sufrimos fue muy duro y nos cuesta reponernos. Al ser una organización sin fines de lucro formalmente reconocida debemos pagar por todos los servicios que adquirimos, ya sea la veterinaria, los insumos médicos y hasta por el lugar donde estamos. Necesitamos de la ayuda para de la gente para poder seguir subsistiendo. Necesitamos juntar fondos para poner una cerca lo suficientemente alta en el lugar porque hoy en día sólo estamos usando un cuarto de la capacidad del predio debido a que la infraestructura no es la más adecuada. Por otro lado, necesitamos subir el piso, ya que hay una parte que se nos inunda, por lo que no podemos permitir que los Renatos estén ahí porque corren peligro. Necesitamos de la difusión y la ayuda para poder seguir adelante con el proyecto», concluyó la rescatista.

Cómo se puede colaborar

Mascota Social está inscripta en AFIP y es reconocida como ENTIDAD DE BIEN PÚBLICO. Tiene abierta cuenta bancaria para recibir donaciones en Banco Provincia de Buenos Aires.

Quienes deseen darles una mano, pueden colaborar en:

Mascota Social – Red Solidaria / Cta.cte 55095/6 / Suc. 7159 / Cuit: 30716064863 / CBU: 01400489 01715905509569 / Mascota Solid. Prom. E impl. / Banco Provincia de Buenos Aires