Tarjeta que se esfumó

Ayer, poco después de las 13 horas, Raúl, dueño de una cuenta en el Banco Patagonia, se arrimó al cajero automático de la sucursal bancaria ubicada en la calle Mitre en Belén de Escobar para realizar una extracción. Tras recibir los billetes repentinamente la pantalla del cajero se puso blanca.  Tras aguardar unos minutos confiando en  recuperar la  tarjeta, habló con un empleado de seguridad de la entidad que le pidió aguardar, «ya le averiguo qué hacer»; sin embargo, el hombre continuaba parado en su puesto de vigilancia y Raúl perdió la paciencia y pidió hablar con alguna autoridad. «Pase y hable con quien quiera», le respondió el vigilante con cierto fastidio. El cliente ingresó y llegó a una asesora  que le informó que recién después de las 15 horas llegaba el personal que abre habitualmente el cajero. «Pero no se haga problema, vuelva mañana y se la devolvemos». Raúl se retiró con cierta desconfianza y prefirió dar de baja la tarjeta. «Y lo bien que hice. Un rato después, la empleada bancaria me envió un correo electrónico informándome que en ninguno de los cajeros estaba mi tarjeta de débito, lo cual era un disparate, me tomaron por mentiroso porque la tarjeta estaba en el cajero», relató el cliente a este periódico. ¿Qué había sucedido realmente? Quién sabe. Y como el banco «siempre tiene la razón», Raúl decidió cerrar su cuenta en la entidad bancaria «por principio»: «Sé que un cliente menos no le marca la diferencia a un banco. Pero no tolero que me tomen el pelo», concluyó con enojo.