Ruta 26: malestar por la construcción de un centro de salud

Los vecinos observan con asombro las grandes transformaciones en su querido entorno. Donde antes había quintas, árboles y abundante vegetación, ahora se alzan edificios, comercios y cocheras. La Ruta 26, objeto de intensas protestas por parte de los vecinos tras la aprobación silenciosa y sin consulta previa de la ordenanza de zonificación, sigue vigente.

“Hace unos días amanecimos con una nueva estructura y sin ningún cartel que consignara el número de autorización municipal”, expresa con aflicción y enojo una vecina a Periódico El Cazador. Resultó ser un centro de salud.
El malestar en todo el corredor es palpable. ¿Cómo se puede permitir un cambio tan drástico en la zonificación que altera las características paisajísticas del lugar, sin contar con infraestructuras básicas como cloacas y agua corriente? ¿Las napas podrán soportar tal consumo? Estos son algunos de los interrogantes que plantean los residentes de la zona. “¿Es realmente necesario instalar un Centro de Salud que perturba la tranquilidad de los barrios circundantes? No podemos aceptarlo”, se cuestiona un hombre que reside en el lugar desde hace 32 años. “El enojo es tal que todos sospechamos de los intereses económicos entre privados y los políticos de turno”, afirma, insinuando posibles negocios turbios.

Todos coinciden en que los vecinos nunca fueron escuchados, y que solo importan y se imponen los deseos de la clase dirigente.

La única novedad de la Ruta 26 que efectivamente merece elogios es el ensanche de la ruta, una obra necesaria que afortunadamente no ha afectado a ningún árbol centenario.

La construcción de viviendas multifamiliares y un centro comercial ha sido finalmente aceptada por la comunidad, aunque a regañadientes, pero un Centro de Salud conlleva implicaciones más profundas.
Una mujer admite que todos están molestos, “pero no se puede entablar un diálogo con estas autoridades, y aún quedan algunos espacios verdes a lo largo de la ruta, ¿qué piensan hacer con ellos?”.

La actual administración municipal avala cada vez más construcciones y aperturas de comercios, a pesar de las críticas de los escobarenses de toda la vida y de los recién llegados al distrito, atraídos por su paz y entorno natural. Son cada vez más quienes sospechan de posibles intereses inmobiliarios.