Protesta en el Hospital Erill

La Comisión Directiva Seccional Erill de  la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la Provincia de Buenos Aires (CICOP) y de la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FESPROSA), realizó una manifestación en el Hospital Erill bajo la consigna de «Ni un trabajador infectado más». En una carta abierta dirigida al Ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Dr. Daniel Gollán, se refieren entre otros aspectos al hacinamiento de pacientes y trabajadores y a la pérdida salarial:

Las condiciones de trabajo en todo el hospital están marcadas por el hacinamiento de pacientes y trabajadores. Las apariciones de casos de COVID-19 entre los compañeros y compañeras del Erill es inaceptable, y solo expresa a quienes presentaron síntomas de una enfermedad donde el 50 a 60% de los infectados son asintomáticos y pueden contagiar como los sintomáticos. Hay circulación del virus y debemos saber mediante testeos a todo el personal para poder actuar rápidamente en limitar su propagación y cuidar a los trabajadores, a sus familias y a los pacientes que asisten al Erill. La sobrecarga laboral por falta de personal nos pone en riesgo, agota al personal sanitario, aumenta el riesgo de contagios, aumenta la violencia laboral y termina enfermando. Es muy difícil para los médicos y médicas de guardia mantener un distanciamiento mínimo, trabajar en la urgencia y mantener todos los cuidados de protección después de 24 horas de trabajo para una enfermedad que se contagia tan fácilmente, faltan médicos y médicas para completar los planteles en las guardias y en los pisos de internación, mientras tanto hay designaciones de profesionales que hace años tramitan la burocracia ministerial. Enfermería es otro ejemplo de sobrecarga laboral, faltan 164 enfermeras/os para asistir dignamente las 150 camas del hospital, llama la atención que en 84 días de emergencia sanitaria no hay un solo nombramiento efectivo en enfermería, solo están en trámite 16 incorporaciones.

Perdida salarial: En los dos primeros meses de la cuarentena los salarios perdieron 3,6% contra la inflación, y a fin de año podría ampliarse al 10%. La mayoría de los trabajadores de la salud cobran salarios por debajo de la línea de pobreza y se exponen a enormes riesgos de contagio al recurrir al pluriempleo para llegar a fin de mes.

Crisis de diagnóstico y tratamiento: En plena pandemia tenemos los equipos para detectar COVID-19 hace más de un mes en cajas sin poder usarlos porque no han completado los equipamientos e insumos necesarios para testear a la población y a los trabajadores. Por otro lado, el retraso de la compra centralizada de medicamentos esenciales (antibióticos, anestésicos, psicofármacos, antiinflamatorios) pone en riesgo la atención en plena pandemia.

Sr. Ministro, exigimos testeos regulares para todos los trabajadores del Hospital Erill, y un plan de contingencia que garantice condiciones de trabajo seguro, personal suficiente para cuidar, insumos para diagnosticar, medicamentos para curar y salarios para vivir de nuestro trabajo.

¡Ni un trabajador infectado más en salud!