Para la Municipalidad: ¡todo bárbaro!

«Señor, ¿qué está haciendo acá?» preguntó con tono firme una empleada municipal al detenerse el cronista frente a la entrada a la cava ubicada en la calle Manny a un kilómetro de la Ruta 25. «Estamos haciendo una investigación periodística» fue su respuesta. «Acá no se puede quedar, esto es un predio privado». Privado de sensatez, pensó el cronista mientras observaba los enormes montículos de tierra, ramas, cascote…y basura. Mientras tanto la mujer habló por celular y observó con ojos desafiantes a su interlocutor que, junto a un vecino de la zona, se alejó del acceso y comenzó a recorrer el perímetro para tener una visión más cercana de lo que acontece ahí adentro. Al llegar al fondo, en medio de un descampado que limita con el barrio El Matadero, encontró gran cantidad de basura desparramada casi prolijamente en el piso. «Estas son las sobras que tiran algunos vecinos pobres de la zona, que entran en la cava los fines de semana buscando residuos que puedan resultarles de utilidad» comenta el acompañante que tiene su casa en la zona y que viene reclamando infructuosamente desde hace tiempo la intervención municipal. De repente se escucha la voz de un hombre: «¿Qué hacen ahí? ¿Qué buscan?». Se trataba del supuesto conductor de una de las máquinas viales que, dentro de la cava, tienen la misión de enterrar las ramas, el cascote…y por supuesto también la basura. Al hombre no le preocupaba que estuvieran caminando por los campos linderos, sino que se detuvieran a observar el interior del lugar. «Nos preocupa como vecinos la basura que vemos ahí adentro» le gritó el cronista. «Yo también soy vecino y no me preocupa la basura» respondió con poco criterio.

Mientras esto sucede en cercanías del barrio El Cazador, la Municipalidad promueve el uso de bolsas reutilizables y levanta la bandera del «Escobar Sustentable», ignorando a quienes denuncian la presencia de basura en esta cava, que es arrojada junto  a las ramas y áridos procedentes de volquetes  y montículos de poda de varios barrios aledaños, lo cual sí está autorizado.

Ante las consultas formuladas por Periódico El Cazador las autoridades municipales afirman que no recibieron hasta el momento denuncias de parte de los vecinos por contaminación de residuos; olvidando que el predio se encuentra en una zona despoblada y que por su frente prácticamente no circulan vehículos particulares  debido a las pésimas condiciones de esa arteria.  También aducen que está autorizado por la OPDS «para ser utilizado para la disposición final de residuos secos tales como restos de ramas y áridos (material de obras, escombros)». Incluso se enorgullecen de sus condiciones diciendo que «distintos miembros de la comunidad destacaron el buen mantenimiento del terreno desde que el Municipio, a través de la Dirección de Inspección y de Ambiente, se encarga de controlar el predio pare evitar cualquier tipo de incidentes, además semanalmente se hacen desratizaciones preventivas». Pareciera estar hablándose de dos sitios diferentes. Para la comuna el control que ejerce una persona (¿la empleada municipal?) garantiza el orden y la pulcritud: «El Municipio puso a disposición una persona que se encarga de controlar que ningún vecino y/o vecina tire otro tipo de residuos que puedan contaminar el suelo como por ejemplo húmedos (basura)». También se niega que los fines de semana ingresan personas a través de los campos aledaños en busca de residuos que tengan algún valor de reventa o para utilidad propia.

Lamentablemente ninguna organización no gubernamental levantó su voz por lo que allí está sucediendo. Habrá que seguir reclamando y denunciando hasta que alguien detenga este verdadero atropello contra el medio ambiente.