«La gente está harta» 

En los últimos días, la Coalición Cívica (CC) de Escobar -que integra el espacio Juntos y que en el plano local acompaña al precandidato a concejal Roberto Costa- recibió a una de sus máximas referentes, la Diputada Marcela Campagnoli. En un momento de su recorrido, tras salir de la emblemática Panadería Bertolotti, donde saludó a sus dueños y al personal con motivo de celebrarse el Día del Panadero, la legisladora hizo un alto para dialogar con Periódico El Cazador. Sobre la información y los conocimientos que dispone del Partido de Escobar, expresó sin titubear: «Sé los orígenes de Ariel (Sujarchuk) con Alicia Kirchner en el Ministerio de Desarrollo Social, sé que han tenido una fuerte suba de impuestos ni bien él asumió, sé que expropió la clínica San Carlos y sé que tiene algo de aceptación en la población».

Una de las banderas que levanta la CC es el de la lucha contra la impunidad y la corrupción. En ese marco, ¿cómo evalúa la situación actual del país?

La Argentina actual gobernada por el kirchnerismo muestra muy bien que ellos se creen una casta superior, el tema de las visitas a Olivos lo demuestra. Mientras vos no podías enterrar a tus hijos, a tus familiares, a tus amigos, visitar a un nieto en su cumpleaños, ellos recibían gente, festejaban sus cumpleaños, tenían sus peluqueros particulares. En una República no hay privilegios. Somos todos iguales ante la ley y el primero que tiene que dar el ejemplo es el presidente. Entonces, si el presidente me exige a mi que yo no salga de mi casa, si no dan el ejemplo ellos, es mucho más difícil poder convencer a la gente que se tiene que cuidar, y que esto es una República, una Argentina de iguales como es el nombre original de nuestro partido, el ARI.

Creo que este gobierno pretende reformar la justicia y el Ministerio Público Fiscal con la única intención de buscar la impunidad, porque es una reforma judicial que no le mejora en nada la vida a los usuarios de la justicia. Si vos tenés un divorcio, una adopción, un daños y perjuicios, en nada te cambia. Vas a seguir teniendo la misma lentitud, vas a seguir teniendo los mismos trámites. Esto es una reforma que apunta nada más a la justicia federal que es la justicia que entiende en el contrabando, la corrupción, el crimen organizado, las drogas, el narcotráfico, nada de eso el ciudadano común transita. Entonces, es una reforma que lo único que busca es la impunidad.

Desde la oposición viene sosteniéndose que la República está en peligro. ¿Qué significado tiene esta afirmación?

Yo creo que lo que está en juego es el sistema político en el cual queremos vivir. ¿Queremos una República? ¿Queremos instituciones fuertes? ¿Queremos un país productivo? ¿Queremos que se focalice en la educación y en el trabajo? ¿Queremos combatir la pobreza o queremos mantener a todos en la pobreza? Ese es el país que tenemos que ver. ¿O queremos ir hacia un populismo que lo que busca es debilitar las instituciones, permanecer en el poder, mantener a la gente en la pobreza? Porque yo entiendo que tiene que haber planes para que sean una ayuda al que la está pasando mal, al que no ha podido conseguir trabajo, pero ese no puede ser el objetivo del gobierno, aumentar los planes. Y festejan “Hemos dado más planes”, «Hemos inaugurado más comedores», tendríamos que sentir vergüenza cuando decimos eso. Porque únicamente vamos a poder combatir la pobreza generando riqueza y para generar riqueza necesitamos empresas que quieran dar trabajo, y para eso tenés que simplificarles los problemas, tenés que darles reglas claras, seguridad jurídica, porque se están yendo un montón de empresas de la Argentina, ¿por qué?, porque no tienen las reglas claras, porque lo único que piensan acá, para que el Estado esté fuerte, es aumentar impuestos. Este gobierno ya ha creado en lo que va de un año y medio de gestión 17 impuestos más. El consenso fiscal al que se había arribado en el gobierno de Macri, en el 2017, con todos los gobernadores, menos Santa Cruz y La Pampa,  buscaba el compromiso de los gobernadores para  ir bajando los impuestos gradualmente y no aumentar su planta de empleados a no ser que tuvieran un aumento de población que justificara el aumento de servicios. Eso se dejó de lado hace dos meses cuando se derogó el consenso fiscal de 2017. Es decir que los gobernadores están autorizados a aumentar nuevamente impuestos, ingresos brutos y lo que consideren. Me parece que esas no son herramientas, estrategias, que permitan un crecimiento de la producción, que necesitamos para salir de la pobreza.  De la pobreza se sale con riqueza, no se sale con subsidios.

¿Qué mensaje desea trasmitirle a quienes se sintieron defraudados con el gobierno de Macri?

Si nosotros vamos a juzgar un gobierno que ha estado solo cuatro años solamente por el resultado económico, nos estamos equivocando. Porque no estás hablando de la cantidad de obras hidráulicas que se hicieron para evitar las inundaciones con éxito, de la cantidad de servicios de cloacas que se aumentaron, la cantidad de kilómetros de rutas que se hicieron, de las autopistas que se inauguraron, de los aeropuertos que se remodelaron y permitieron que vinieran las empresa low cost que permitieron conectar las economías regionales y que pudimos colocar los productos que produce la Argentina en 170 mercados nuevos.  Antes comerciábamos nomás con Irán, con Venezuela, algo con Cuba y con China. Aumentamos a 170 mercados.  Combatimos el narcotráfico, nunca se incautó tanta droga ni se persiguió tanto  al narcotráfico como en nuestro gobierno. Bajó la tasa de homicidios, bajó el 20% la criminalidad combatiendo al crimen organizado, logramos que 600 jueces empezaran a pagar el impuesto a las ganancias. Por supuesto que querríamos que lo paguen todos, pero nos jugó en contra una acordada de la Corte. Pero por lo menos todos los que empezaban a partir de enero de 2017 pagaban el impuesto a las ganancias. Eso se hizo durante el gobierno de Macri, no se hizo antes. Entonces sí, en los dos últimos años no pudimos dar respuestas satisfactorias en economía, pero en los dos primeros años hemos bajado la pobreza a 25,5% y habíamos controlado la inflación bajándola a un 27%. Es verdad, los últimos años nos jugaron en contra pero hay un montón de cosas para mostrar en el gobierno de Mauricio Macri que hacen que yo me sienta orgullosa y que me duela que los radicales se quieran despegar, porque  fueron nuestros socios en ese gobierno, formaron parte de ese gobierno, y hoy parece que quieren pegarle todos a Macri, eso me parece desleal.

¿Cuáles son sus expectativas con respecto a las próximas elecciones? ¿Cree que existe una conciencia colectiva para impulsar los cambios necesarios que demanda la Argentina?

Yo en cada lugar donde voy hablo de esto, que es  un momento de escucha, pero no porque uno diga “me escucha”, me quiero hacer la empática,  sino  porque la gente está harta. Harta de todos nosotros, de los propios y de los ajenos. De todos. Entonces es un momento de no prometer nada, “ya me lo prometiste la vez pasada y no lo pudiste hacer”, nosotros generamos mucha expectativa con el gobierno de Cambiemos y lógicamente 4 años no alcanzan para revertir 70 años de decadencia. Pero bueno, nos hacemos cargo de que no pudimos cumplir con todas las expectativas que generamos. Creo que es un momento de escucha en ese sentido. Para que la gente se descargue, haga catarsis, que diga todo, y vos estés al lado sosteniéndolo para que no baje los brazos. ¿Por qué? Porque yo estoy convencida de que Argentina es un país que no tiene techo, que tiene el mejor clima, el mejor suelo, el mejor vino, no tiene conflictos raciales, no tiene conflictos religiosos, no tiene elites políticas, acá puede llegar un Toty Flores como un Mauricio Macri. Hemos tenido malas administraciones pero tenemos que encontrar el rumbo de la producción, es el único camino que la Argentina tiene que volver a retomar para volver a ser lo que fue. Está en nuestro ADN, fuimos potencia al principio del siglo XX, tenemos que volver a ser eso.  Porque tenemos las herramientas para serlo. Yo tengo esa esperanza, por eso digo de sostener a la gente para que no baje los brazos. Porque si no qué te queda, tirarte en el sillón de tu casa con el control remoto insultando el televisor. Y eso no es, no es el que se vayan todos, es el que se metan todos. El que tiene perfil de candidato será candidato, el que tiene perfil técnico acompañará un proyecto a un concejal,  a un consejero, a un diputado provincial o nacional, diciéndole tengo esta mirada porque no la analizás. El que tenga un perfil social ayudará desde su parroquia o sociedad de fomento. Pero todos, absolutamente todos tenemos algo para aportar, para mejorar nuestro metro cuadrado. Cuando podamos contagiar esperanza, cuando podamos lograr evitar la crítica y darnos cuenta de que no es contra el otro sino con el otro y que tenemos que empezar a  encontrarnos en las coincidencias para poder achicar las diferencias y poder construir los consensos necesarios para lograr la política pública. Durante el gobierno de Cambiemos planteamos una reforma laboral, la CGT estaba de acuerdo, y el kirchnerismo no la quiso votar. Planteamos una reforma tributaria y el kirchnerismo no la quiso votar.  Planteamos una reforma política para eliminar la lista sábana y el kirchnerismo no la quiso votar.  Desde ese lugar es que yo le digo a la gente, necesitamos más manos para hacer las reformas del país que queremos. Pero el país que queremos de verdad, porque a mi no me importa si gobierna un peronista, un radical o uno del PRO o de la CC. A mi me importa que al país le vaya bien. Yo no quiero que le vaya mal a Alberto Fernández, si le va mal a Alberto Fernández le va mal a todos los argentinos.  Lo que sí quiero es que Alberto Fernández se dé cuenta que es el presidente de todos los argentinos, de los que no lo votaron también.   Parece que él muchas veces se olvida con su dedito criticando a la oposición, pero si no le gusta lo que le dijo la oposición que mande una segunda línea a pegarle, él no puede, él es el padre de familia, es el que tiene que componer los lazos familiares, como un padre de familia. Por eso es el presidente de todos.

Yo tengo un muy buen vínculo con los que integran la otra lista de radicales, todos son respetables, aunque me gustaría que Emilio Monzó explicara porque rompió el bloque de JxC ni bien perdimos las elecciones de 2019 o que Margarita me diga cómo está su vínculo hoy con Massa. Porque hoy tenemos que estar muy firmes, tenemos que abroquelarnos y ser muy claros, nada de tibiezas o de cosas poco claras para comandar la verdadera batalla que es en noviembre. ¿Y porque digo que creo que Santilli es el mejor candidato para encabezar en noviembre?  Porque todo se define en el conurbano bonaerense donde está la mayor concentración de la población. Y en esas familias del conurbano, el que no trabaja en la ciudad de Buenos Aires se atiende en los hospitales de la ciudad de Buenos Aires o tiene anotados a sus hijos en las escuelas públicas de la ciudad, con una educación de mucha calidad, que no tiene paros y que tuvieron mucha presencialidad durante la pandemia, o añora la seguridad que hay en la ciudad, que ahora ha retrocedido tanto  estos dos últimos años en la provincia de Buenos Aires.  Desde ese lugar creo que Diego Santilli estuvo muy presente en las pantallas de todos los hogares, porque fue la cara visible en la pandemia explicando el sistema de vacunación, cuáles habían sido las fases, es una cara muy familiar y puede mostrar gestión, puede decir “en la ciudad pudimos hacerlo, tengo la información, tengo la gestión, la experiencia para sacar a la provincia adelante y para sacar al país adelante con las leyes que necesita la Nación, para poder construir los consensos y las políticas públicas necesarias”. Desde ese lugar creo que es un muy mejor candidato, mucho mejor candidato para encabezar la lista en noviembre por todas estas condiciones y porque la verdadera batalla es la de noviembre.