La educación en Escobar

El ciclo lectivo 2021 comenzó el día 1 de marzo para el nivel primario y el 8 para el nivel secundario. En el ámbito privado varias escuelas comenzaron aún antes de esas fechas.

Pero es importante hacer una diferencia entre lo que ocurre con la presencialidad en escuelas privadas y las escuelas del estado.

Colegios privados

En cuanto a las privadas, en su mayoría se han dividido los cursos en dos burbujas. Las de doble escolaridad se han organizado para que mientras una burbuja asiste en forma presencial, la otra toma clases de manera virtual, sea por la plataforma Meet, Zoom, plataformas propias, video llamadas o trabajos prácticos vía web. Como máximo tienen 4 horas diarias de presencialidad, alternando una semana presencial por la mañana y otra por la tarde. Mientras que en las de simple escolaridad las burbujas tienen presencialidad,  alternando también las semanas con la virtualidad, pero con la diferencia que solo tienen hasta 3 y ½ horas diarias, una semana, y la semana siguiente una virtualidad de máximo 3 horas al día.

Escuelas públicas

Las escuelas de administración estatal, en cambio, tienen una presencialidad muy escasa. Y en algunos casos, ninguna.

En nivel primario, la cantidad de burbujas son, en su mayoría, tres, de manera que los alumnos que concurren a la escuela la primera semana, vuelven a ir a la escuela luego de 15 días. También la semana de clases presenciales consta de 4 días de 3 horas diarias, con suerte. El quinto día, en algunos casos, la escuela lo reserva para preparar material y en otros para desinfección. No tienen virtualidad, solo trabajos que les mandan sus maestras por wathsap.

En nivel secundario también es escasa la presencialidad. Los ritmos varían, según las escuela.

Hay varios problemas a los que el Estado no les ha dado solución.  Muchos docentes han presentado dispensas para dictar clases en forma presencial, lo que provoca que muchas materias sean dadas solo en forma virtual. Las dispensas pueden ser presentadas por diversos motivos y no tienen reemplazo. Al igual que las licencias.

Jardines de infantes

En los jardines de infantes estatales (nivel inicial), por disposición de los inspectores, se ha decidido mayoritariamente y por el momento  no dictar clases presenciales en salas de 3 y 4. A partir de esta semana, concurrirían por mes durante 4 días de una semana, 1 hora por día.

Mucho sigue igual

Varios establecimientos educativos no comenzaron aun por falta de auxiliares (porteros), aunque hubo una convocatoria para cubrir vacantes tras comenzar el ciclo lectivo.

El Plan Jurisdiccional no ha sido actualizado pese a las nuevas evidencias científicas, por ejemplo aún se duda si un chico tiene que usar barbijo en una clase de gimnasia al aire libre.

Llama la atención la falta de criterio en el armado de toda esta estructura, pese a conocerse tras un año de pandemia el trabajo faraónico que constituye esta novedosa exigencia para los docentes; la organización familiar que se torna imposible de sobrellevar con tanta diversidad de horarios, y la marcada inestabilidad que le provoca a los estudiantes.

Aún no se ha pensado qué camino se seguirá ante un eventual contagio de Covid entre  docentes y estudiantes. Tampoco se prevé la entrega de computadoras a docentes y alumnos para tener una mínima virtualidad, y no hay instalaciones de red de comunicación en todo el país para poder conectarse a la web. Todo esto asombra, existe una falta de previsión enorme, pese al tiempo que tuvieron para pensar y armar algo más efectivo.

A esta altura es difícil asegurar si se trata de incapacidad de los funcionarios del área, o si se planea deliberadamente provocar el colapso de la educación.

Las actividades fuera de la escuela se desarrollan en un marco de seminormalidad, sin cumplirse adecuadamente el distanciamiento social, el uso del barbijo, el lavado de manos, entre otras flaquezas. Sin embargo a los niños, niñas y adolescentes se les exige en la escuela  manejarse con más protocolos que los médicos que tienen contacto directo con personas con Covid.

Colapso educativo

Transcribo a continuación parte del artículo escrito en Infobae por Alfredo Vota, que resume lo que pensamos sobre éste tema:

“Estamos en tiempos enrarecidos, corremos el riesgo de retirarnos de la escena educativa. Ponemos peros, burocracias, protocolos contradictorios, tenemos miedo. Y los alumnos y alumnas quedan solos. Quizás, adormecidos en una cuarentena eterna nos extrajimos de la vida. Creímos que guardados, el monstruo del coronavirus no nos iba a atacar. Puede que hayamos contribuido a evitar el colapso sanitario. Deberíamos estudiarlo mejor, pero claramente provocamos el colapso educativo. Hoy tenemos que evitar los dos.

No se puede pedir que se paralice el tiempo, el de la vida. El tiempo no para, en todo caso se deja de vivir. En educación pasa esto, no ir a la escuela, es perder espacios existenciales esenciales para alcanzar una vida digna. Es un falso dilema decir que con escuelas abiertas la gente se muere: no es cierto, no tiene comprobación científica. La escuela es un entorno seguro si logramos hacer lo que corresponde. Distancia social y barbijo, control de los contagiados, seguimientos de los casos.

Necesitamos que las niñeces y juventudes estén en sus ámbitos más adecuados para crecer y desarrollarse: las escuelas. Tienen que estar las horas que las familias requieran, el tiempo que el plan de estudio haya planeado. Ni 90 minutos, ni 4 horas, ni nada que sea ajeno al plan de estudio que cada institución diseñó para su comunidad.”

Myriam Laudonio – Padres organizados por Escobar – Instagram @padresorganizadosescobar