Funcionario municipal vs administrador de barrio privado

Amigos, tengo una duda existencial. A veces me pregunto que pasaría si un funcionario municipal tuviese que hacerse cargo de la administración de un barrio privado.
¿Sabrá o estará capacitado este buen hombre o mujer  en conservar la limpieza, el orden y el funcionamiento de todos los servicios?
Y a la inversa, un administrador de un barrio privado, ¿gestionaría un barrio abierto con mayor eficiencia que un funcionario municipal?
Claro, éste último está habituado a desempeñarse en un contexto, a veces, muy «particular» (para ser suaves); inmerso en la burocracia, corrupción, politiquería, incompetencia y, lo más destacable, manejando dinero «de otros». Por lo tanto, si se puede quedar con algunos repuestos útiles para su vehículo o algunos bidones de cloro para su pileta, lo hará sin pestañear. Total, ¡quién lo controla al jefe!
Mientras que el administrador del barrio privado conservará su empleo y cobrará un sueldo si demuestra aptitud, buen rendimiento y eficiencia. Quedarse con algún elemento en el bolsillo queda casi descartado porque la Comisión Directiva del barrio siempre estará atenta a sus movimientos.
Ambos -el funcionario y el administrador civil- deben soportar la crítica y la exigencia de los vecinos.
Pero mientras en el barrio privado el administrador deberá dar una veloz respuesta a la crítica para evitar quedar desempleado, en un barrio abierto el funcionario puede ser más esquivo, arisco o autoritario en su relación con los vecinos. Al fin y al cabo tendrá asegurados 2 años si permanece leal  a su intendente. Y cuando llegan las elecciones siempre habrá tiempo en mostrar una sonrisa, hacer un poco de demagogia, arremangarse y trabajar a la par de sus muchachos…y de una cámara fotográfica.
Raucho (Belén de Escobar)