Escobar, invadido por el marketing

Que al intendente  Sujarchuk le fascina el marketing político no lo dudan oficialistas ni opositores.

El Cazador es un clásico barrio parque en el que se ha intentado, en todas las épocas y con todos los gobiernos de turno, preservarlo de la contaminación visual. ¿Qué significa esto? Evitar «el abuso de ciertos elementos “no arquitectónicos” que alteran la estética, la imagen del paisaje tanto rural como urbano, y que generan, a menudo, una sobreestimulación visual agresiva, invasiva y simultánea». Pero en los últimos tiempos, El Cazador no pudo evitar la ola marketinera de su intendente. La Avenida Kennedy, su principal acceso, se ha transformado en una arteria invadida por carteles de tamaños varios; algunos bien colgados, otros torcidos; algunos que anuncian obras financiadas por el municipio, otros por la provincia o la Nación; ninguno de ellos con información sobre montos invertidos o números de licitaciones; y todos con un común denominador, un sello inigualable: ¡el nombre de nuestro intendente! que, en muchos otros letreros municipales exhibidos en diversos puntos del distrito, se complementa con su fotografía.

Pasarán los meses y los años, y tal vez, como consecuencia del reclamo vecinal, algún día los quitarán.