El hombre sin barbijo

Días atrás concurrí al Hospital Erril debido a un pico de presión y fui muy bien atendido, rápido y por un equipo médico excelente. El lugar está dividido en dos  grandes ambientes: en el interior del hospital, la guardia tradicional, donde pasé previo tomado de temperatura y entrega de un barbijo descartable. Y afuera, en un corte de calle, dos carpas enormes donde son ubicados los sospechosos de Covid. Todo bien en la sala tradicional, pero la espera con todos los asientos juntos, sin distancia entre persona y persona. Cada uno opta por sentarse como quiere. Yo preferí  permanecer parado porque no quería acercarme a los demás sentados. Uno de los que ocupaban los asientos conversaba con el barbijo bajo la boca sin que los policías y el personal sanitario le hiciera alguna observación. El hombre se paró, salió y volvió a entrar,  sin que le tomaran la temperatura y siempre con el barbijo a medio poner. Después de haber sido muy bien atendido, salí y al lado del hospital decidí tomar un remis. Enfrente estaba el mismo sujeto conversando con un policía, fumando y, por supuesto, sin el barbijo. Subí al auto  que estaba disponible en  la remisería. ¿y adivinen quién era el chofer que me trajo a casa? El mismo. El del barbijo.

Beto (El Cazador)