El despertar de Ingeniero Maschwitz

Transcurría el año 2019 y el pueblo de Maschwitz estaba inquieto. Se comenzaron a escuchar quejas de personas que nunca se habían quejado, otros se animaron a confesar las situaciones lamentables que habían sufrido. Finalmente, entre una amplia mayoría, coincidieron en que era momento de hacer algo más que expresar sus quejas en redes sociales y decidieron reunirse en persona (antes de que el gobierno nos encerrara). Lo ocurrido con Axel, vecino de la localidad, fue la gota que rebalsó el vaso. Luego de haber sido apuñalado por dos hombres que lograron robarle el celular, su padre convocó a una marcha para exigir justicia y mayores medidas de prevención.

Éramos varios, la convocatoria llamó la atención, en especial la de la policía, quien tuvo que salir a dar explicaciones. El entonces comisario aportó información sobre el caso de Axel, dijo que el acontecimiento no podría verse ni analizarse ya que las cámaras del lugar donde ocurrió no funcionan. En marchas posteriores, ya con el comisario Guillermo Pacheco al mando, se nos informó de la falta de insumos como nafta y patrulleros (según él solo hay 4 en el pueblo) que sufre Maschwitz.

Muchos recordarán las frases célebres que dijo el comisario Pacheco en la marcha del 28 de febrero de este año, cuya convocatoria también fue muy alentadora. Frases como: “No sé dónde roban”, la cual se contradice con la respuesta que dio a otra vecina cuando esta preguntó si la comisaría contaba con un mapa del delito y él contestó que sí. También dijo: “No tengo contacto con el intendente” lo cual llama la atención teniendo en cuenta que se los puede ver juntos en varias imágenes cuando se designaron las autoridades policiales.

¿Podríamos decir que las reiteradas marchas sirvieron de algo? Sí, en parte. Los días posteriores a las marchas se vio una mayor circulación de patrulleros en el pueblo y una mayor presencia policial, aunque esto duró solo unos días y sucedió exclusivamente en el área central de Maschwitz. Por otro lado, si tenemos en cuenta la cantidad de vecinos que se movilizaron y enteraron de los reclamos, podemos decir que las marchas fueron algo positivo para el pueblo maschwichense, un antes y un después, Maschwitz es ahora un pueblo despierto, y esto, en parte, se lo debemos a nuestros gobernantes. Si ellos se hubieran encargado de proporcionarnos la seguridad por la que pagamos nada de esto hubiera ocurrido, de haber hecho eso, los vecinos no contarían con múltiples grupos para mantenerse comunicados entre sí, de haber actuado correctamente nunca nos hubiésemos unido tanto. Hoy tenemos la fortaleza, como pueblo, para exigir que nos devuelvan lo que nos corresponde, hoy más que nunca deberíamos estar presentes, haciéndonos oír para que quienes trabajan para nosotros, los políticos, nos den respuestas y soluciones.

Queda mucho trabajo por hacer, quedan muchas personas por despertar, sé que varios se han dado por vencidos o no cuentan con las ganas de luchar, pero debemos intentar despertar a cuantas personas podamos, aquí no se beneficia un grupo reducido de personas, la seguridad no es un beneficio y mucho menos uno exclusivo para cierto grupo social, la seguridad es una función que el Estado debe cumplir y no debemos olvidar que nosotros contribuimos para que esta funcione a través de nuestros impuestos, entonces, cuando se nos dice que no hay recursos podemos pensar…¿Dónde está ese dinero? ¿Dónde se encuentra el dinero que debería estar destinado a la nafta? ¿Qué hacen con nuestro dinero? Estas preguntas tendrían respuestas inmediatas si tuviéramos acceso a un boletín oficial, pero Escobar no cuenta con uno, por eso mismo fue calificado como un municipio 0 (cero) transparente.

Para finalizar; hay que involucrarse, es la única manera de cambiar nuestra realidad. Maschwitz aún sufre la desinformación e ignorancia, dos factores que no lo benefician. Comuniquen lo que ven, hablen con sus vecinos, asistan a las marchas, infórmense sobre lo que pasa en el Concejo, actualícense, no se duerman, porque en un abrir y cerrar de ojos, Maschwitz se volvió tierra de nadie.

Camila Verdún – Maschwitz