Cráteres y chapas de los 90
Días pasados, con turno, mi esposa fue a realizar el control del vehículo. En el trayecto esquivamos todos los «cráteres» posibles, pero llegamos a un punto donde debíamos elegir entre el «menos dañino», la tarea no fue nada sencilla, pero superamos el escollo. Días atrás también di con el famoso Rastrojero, que describí en una carta anterior, fue a la altura del reloj en el acceso a Escobar. ¡Quería saludarlo y felicitarlo!, pero el semáforo me ganó de mano. Partió y siguió su ruta, pese a la presencia de los responsables de «tránsito», con cada vez más y más patrulleros, más y más motos, más y más falta de autoridad (se» respira» en todos los niveles). Recuerdo a los lectores que este vehículo circula con placa vieja, que expiró en 1995, ¡ayer nomás!, y por ende no puede tener seguro alguno. No puedo imaginar algo parecido en un país «civilizado».
Cordialmente
Ricardo Pfeifer
La gente de tránsito, muchos son pibes que no pueden hacer la «o» con un vaso, están como para hacer una representación, como en el teatro. Dan risa.
Son La Armada de Brancaleone…