Una peregrinación de fe, esperanza y comunidad

No sorprendió, pero sí volvió a conmover. Una vez más, la peregrinación «Con María, Peregrinos de Esperanza» reunió el pasado sábado 18 a una multitud de fieles que caminaron con devoción hasta el hermoso Santuario de Schoenstatt, en Belén de Escobar. La marcha, que unió a vecinos de las parroquias Natividad del Señor, Nuestra Señora de Itatí y Nuestra Señora de Luján, fue un verdadero testimonio de fe y comunión.

A lo largo del camino, entre cantos, oraciones y gestos fraternos, se hizo visible el espíritu solidario que distingue a esta tradicional expresión religiosa. Cada paso fue una ofrenda de gratitud, una súplica compartida y una renovación del compromiso con los valores cristianos que dan sentido a la vida cotidiana.

La presencia de la querida Mater —como cariñosamente se llama a la Virgen en la espiritualidad de Schoenstatt— acompañó el recorrido, despertando en los peregrinos una profunda emoción. “Nuestros corazones quedaron unidos en el suyo, como flores plantadas en el jardín de la Mater, para seguir dando vida, alegría y esperanza donde estemos”, fue el mensaje final que sintetizó el espíritu de la jornada: un llamado a mantener viva la fe y a sembrar esperanza en medio de las dificultades del tiempo presente.

Más que una caminata, la peregrinación fue una experiencia de encuentro: con Dios, con la comunidad y con uno mismo. Un recordatorio de que, cuando la fe se vive en comunidad, se transforma en una fuerza capaz de iluminar incluso los caminos más largos.