Primera fundación de Buenos Aires, ¿en El Cazador?

Por Arnoldo Gnemmi*

La historia es según la relatan los entendidos en la materia. Pero no todos ellos están acertados en sus apreciaciones, o porque se limitan a reproducir relatos del pasado donde se afirman actos dudosos que no fueron investigados a fondo, o porque no son realmente historiadores confiables.

Uno de los actos dudosos que la historia oficial presenta como real es el primer asentamiento español en las riberas del Río de la Plata en el Parque Lezama, dispuesto por el Adelantado Pedro de Mendoza, y que yo me permito desvirtuar desafiando a quienes sin haber desmenuzado concienzudamente los acontecimientos, cuentan como verídico lo discutible.

Paso a relatar porqué Pedro de Mendoza no estableció el fuerte del Buen Ayre en el Parque Lezama.

Para impedir el dominio de los portugueses en el ya llamado Río de la Plata, el rey de España Carlos V envió una flota compuesta por once naves y 1.500 hombres al mando de don Pedro de Mendoza con el título de Adelantado.

La expedición llegó al estuario a comienzos de 1536 y se asentó en las riberas del actual puerto de Colonia, pero se desplazó hacia  la costa opuesta fondeando en la desembocadura de un río que la historia oficial llamó Riachuelo de los Navíos.

Pero la historia fue distinta.

Me baso en los estudios de don Federico Kirbus, quien después de investigar los escritos de Ulrico Schmidl -cronista de la expedición de Mendoza-, confeccionados en alemán antiguo, muy difíciles de descifrar, llegó a la conclusión que el lugar estuvo situado entre las elevaciones comprendidas entre el actual arroyo Escobar y el Río Luján.

Para llegar a estas deducciones debemos saber:

1) Que el Río de la Plata se fundía con el gran Paraná formando un gran espejo que llegaba hasta la actual Campana.

2) Que las islas del delta del Paraná no existían en el 1500 y que el nivel de las aguas era más elevado, cubriendo gran parte de lo que hoy es Maschwitz.

3) En consecuencia el arroyo Escobar y el Luján eran caudalosos, y este último desembocaba perpendicularmente en el gran Paraná o Río de la Plata.

4) Mendoza instaló el fuerte lejos de las costas del Plata y del cauce de ambos ríos. Por eso intuimos que estuvo emplazado entre las barrancas que comienzan en Maschwitz y se desvanecen llegando al Luján. Bien podría ser El Cazador. Por ello, cuando los indios impidieron la llegada de alimentos al fuerte fue precisamente porque éste estaba lejos de los cursos de agua.

Y aquí viene la parte más jugosa de los estudios de Kirbus. Los españoles decidieron darles un escarmiento a los indios. 300 soldados salieron a darles batalla. El encuentro se realizó junto a una laguna que Ulrico Schmidl cuenta en sus escritos, se llamó Laguna Grande y se empeñó el día de Hábeas Christi. Más de 2.000 indios arremetieron contra los españoles que nada pudieron hacer con caballos y arcabuces y debieron retirarse.

Se dice que el Capitán Diego Luján cayó muerto en la ribera del río que desde entonces lleva su nombre.

Envalentonados los indios atacaron el fuerte con flechas incendiarias y produjeron el caos en la población. Ulrico Schmidl relata las terribles peripecias y el hambre de aquellos.

Si Pedro de Mendoza hubiese emplazado el fuerte del Buen Ayre en las barrancas de Lezama, los soldados que salieron a enfrentar a los indios tendrían que haber recorrido 60 kilómetros para llegar al Río Luján. El regreso habría sido desastroso, detalle significativo que contribuye a dar por tierra con la teoría oficial del Parque Lezama.

La situación tan adversa determinó que Mendoza, gravemente enfermo, se embarcara hacia España, falleciendo en alta mar. El fuerte quedó al mando de Juan de Ayolas, quien intentó realizar una expedición al Paraná aguas arriba, llegando a las primeras estribaciones del Norte, apoderándose de grandes cantidades de oro y plata. Pero los indios
los mataron a su regreso. Gracias al accionar del Capitán Francisco Ruiz Galán, el fuerte del Buen Ayre fue reconstruido, se construyó una iglesia y se comenzó la siembre de cereales y hortalizas. Los indios dejaron sus hostilidades y durante cuatro años la vida de los pobladores continuó su trayectoria sin grandes sobresaltos.

La ventajosa situación del fuerte de Mendoza fue truncada por decisión de Domingo Martínez de Irala de abandonarlo, destruirlo y trasladar a sus habitantes a Asunción, fundada en 1537.

Terrible error que mantuvo al Río de la Plata 40 años abandonado a la buena de Dios. Y a este lugar de la Tierra, que hoy se llama Escobar, sin albergar a la pujante ciudad del Buen Ayre que, sin duda, se hubiese formado al pie de las barrancas del Cazador.

La teoría de Federico Kirbus es más acertada que la anterior. Solamente faltaría encontrar el lugar del emplazamiento del fuerte, pero han pasado casi 600 años y sería un milagro encontrar testimonios de aquel asentamiento.

En definitiva, la primera Buenos Aires se halla oculta bajo nuestros pies.

* El autor fue un prestigioso historiador de Escobar y asiduo colaborador de este periódico.